Alberto Bejarano
Para Charlotte
Duración: media hora
(Un escenario compuesto de afiches de viejas películas, canastos en el piso y campanas pequeñas. Cinco sillas rojas y negras. Marieta, la protagonista, también llamada Faith o Fate, está vestida con un vestido de lentejuelas)
¿Qué quieres decir cuando dices que todo está en tu cabeza?
¿Qué quiero decir cuando digo que todo está en mi cabeza?
Me han citado aquí, en este escenario en penumbras (luces de neón de fondo) para que interprete el papel de una actriz pasajera. Me han dicho que seré una aulladora, Marieta. Me han dicho que seré Amparo, Auxilio, Socorro, Remedios, Caridad Lacouture, el personaje de la novela Amuleto de Roberto Bolaño. Me han hecho aprender pedazos de poemas de poetas latinoamericanas:
(SUENAN VOCES EN OFF)
(Mientras suena cada poema, Marieta/Faith/Fate, está sentada en una silla diferente. En el primer poema se maquilla, en el segundo se desmaquilla y así alternativamente)
BLANCA VARELA
Curriculum vitae
digamos que ganaste la carrera
y que el premio
era otra carrera
que no bebiste el vino de la victoria
sino tu propia sal
que jamás escuchaste vítores
sino ladridos de perros
y que tu sombra
tu propia sombra
fue tu única y
desleal competidora.
OLGA OROZCO
Aunque se borren todos nuestros rastros igual que las bujías en el amanecer...
Aunque se borren todos nuestros rastros igual que las bujías en el amanecer
y no puedas recordar hacia atrás, como la Reina Blanca, déjame en el aire la sonrisa.
Tal vez seas ahora tan inmensa como todos mis muertos
y cubras con tu piel noche tras noche la desbordada noche del adiós:
un ojo en Achernar, el otro en Sirio,
las orejas pegadas al muro ensordecedor de otros planetas,
tu inabarcable cuerpo sumergido en su hirviente ablución, en su Jordán de estrellas.
Tal vez sea imposible mi cabeza, ni un vacío mi voz,
algo menos que harapos de un idioma irrisorio mis palabras.
Pero déjame en el aire la sonrisa:
la leve vibración que azogue un trozo de este cristal de ausencia,
la pequeña vigilia tatuada en llama viva en un rincón,
una tierna señal que horade una por una las hojas de este duro calendario de nieve.
Déjame tu sonrisa a manera de perpetua guardiana, Berenice.
ALEJANDRA PIZARNIK
Cenizas
La noche se astilló de estrellas
mirándome alucinada
el aire arroja odio
embellecido su rostro
con música.
Pronto nos iremos
Arcano sueño
antepasado de mi sonrisa
el mundo está demacrado
y hay candado pero no llaves
y hay pavor pero no lágrimas.
¿Qué haré conmigo?
Porque a Ti te debo lo que soy
Pero no tengo mañana
Porque a Ti te…
La noche sufre.
HILDA HILST
Las cosas no existen.
Lo que existe es la idea
melancólica y suave
que hacemos de las cosas.
La mesa de escribir es hecha de amor
y de sumisión.
En tanto
nadie la ve como yo la veo.
Para los hombres
es hecha de madera
y está cubierta de tinta.
Para mí también
más la madera
protege su interior
pues su interior es humano.
Los libros son criaturas.
Cada página un año de vida,
cada lectura un poco de alegría
y esta alegría
es igual al consuelo de los hombres
cuando inquietos permanecemos
en respuesta a sus inquietudes.
Las cosas no existen.
La idea, sí.
La idea es infinita
igual que el sueño de los niños.
(Pasea por el escenario marcando diagonales en un movimiento de danza sutil)
¿Qué quieres decir cuando dices que todo está en tu cabeza?
¿Qué quiero decir cuando digo que todo está en mi cabeza?
En mi cabeza transitan esas voces fundidas en la descompostura del preguntarse cómo se resiste al mundo solo con la poesía, como Auxilio en el baño de mujeres de la facultad de filosofía de la UNAM en el México del 68. Soy manglares, soy vertientes, soy aguas que se pueden des-estancar, des-de nuevo encantar. Como el tanteo en las letras en las sombras los dolores no vienen solo del futuro pero del pasado tampoco recibimos solo dolor. Hay huellas que se desvanecen y empezamos de cero como un golpe de dados y hacemos un baile de la mudez a tientas
(Busca una escoba y un recogedor, se pone un delantal, se recoge el pelo)
En mí están desnudas la noche, el sueño, el sonambulismo y la espera, como un laberinto que va atrapándonos. La visión de la sociedad es oscura y llena de paradojas. Nadie es el que realmente es, somos una mezcla de contradicciones y también de argucias con nosotros mismos y los otros. “hay tantos laberintos en la vida real, ¿no lo creen?, tantos encubrimientos. Uno se encubre y pretende estar hablando de una cosa cuando realmente está hablando de otra. Eso se ve mucho en la política: la gente miente casi todo el tiempo; lo que dice es muy persuasivo pero, básicamente. Es una mentira”, dice Joseph Losey. Interacción con la noche, impresión de solipsismo, introspección rota con los otros, caminar trastabillante, como de duende nocturno. Un cruce inesperado con las sensaciones de las más o menos vagas vigilias, la ruptura de la aparente continuidad de las cosas que solemos llamar realidad. Pero la realidad es laberíntica y un día tomamos una siesta y al despertar no nos damos cuenta hasta qué punto nuestra vida empieza a cambiar. ¿Responde la trama y el desenlace a una historia, a un plan secreto? nos internamos en un pasaje alternativo del tiempo y como en la película Interstellar quedamos al otro lado de la biblioteca, suspendidos en las argucias de otras lógicas más subterráneas y por ello difíciles de concebir y más aun de aceptar. Estamos en una inmensa telaraña de los sentidos donde no podemos saber de qué manera seremos arrasados por fuerzas oscuras e hipnóticas. Es una apuesta por el descontrol, por el caos que nos rodea. Extrañas combinaciones de fuerzas aleatorias imperan en nosotros. En lugar de seguir la línea recta, a veces lo curvo nos sugiere un cambio de ritmo oracular, por impreciso y doloroso que sea.
(Se tapa la boca con la mano y lanza tapabocas hacia el público)
¿Qué quieres decir cuando dices que todo está en tu cabeza?
¿Qué quiero decir cuando digo que todo está en mi cabeza?
Me gusta sonreír pero no me gusta que me vean sonreír.
Me gusta leer poesía pero no me gusta que me escuchen en voz alta.
Las voces en mi cabeza no me dejan salir a la realidad exterior.
Me gusta el aroma del café pero no su sabor.
Me gusta la lluvia pero no mojarme.
Me gusta que me den regalos pero no abrirlos.
Me gusta que me propongan matrimonio pero no casarme.
Me gusta probarme vestidos pero no comprarlos.
(Se acerca al público, reparte un espejo pequeño a cada espectador, luego se para en una silla)
¿Qué quieres decir cuando dices que todo está en tu cabeza?
¿Qué quiero decir cuando digo que todo está en mi cabeza?
No me gusta sonreír pero me gusta que me vean}
No me gusta leer poesía en voz alta pero me gusta que la escuchen
No me gusta salir a la realidad exterior pero me gusta que estén en mi cabeza
No me gusta el sabor del café pero sí su aroma
No me gusta la lluvia pero sí mojarme
No me gustan los regalos pero sí abrirlos
No me gusta que me propongan matrimonio pero sí casarme
No me gusta probarme vestidos pero sí comprarlos
(Baila con los ojos vendados)
Ilustración Irina Tall
Alberto Bejarano (1980). Poeta, dramaturgo y radio-aficionado de palimpsesto. Investigador en literatura comparada en el Instituto Caro y Cuervo. Realizó su tesis de doctorado en la Universidad París 8 sobre Roberto Bolaño. Es profesor universitario en Colombia y lo ha sido en Brasil. Su primer libro de poesía, La bailarina sonámbula, se publicó en 2020 en la editorial Sílaba de Medellín (Segundo Premio de Poesía Ciudad de Bogotá, Idartes, 2019).
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