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El estudio biopolítico de Michel Foucault: un análisis discursivo de la democracia en México.

Eric Rodríguez Ochoa Universidad Autónoma de la Ciudad de México

Eje: Teoría política


El arte siempre tiene la intención de inspirar. Dulce Anahí Rivas


Resumen El estudio sobre la democracia en México y su relación con la noción de biopoder en el pensamiento de Michel Foucault es importante debido a que en los años 80 se introduce el tema de biopolítica, pero no es porque a Foucault sólo le interesen temas de filosofía política tradicional, sino porque él, en esos años, está explorando el surgimiento de un nuevo problema: ¿cómo es posible que el estado ahora se ocupe de la población, es decir, se ocupe de algo más que de lo que se ocupaba el mundo feudal? El presente ensayo tiene como objetivo analizar la relación sustancial entre el concepto de biopolítica y la democracia efectuando un recorrido teórico que posibilite futuras investigaciones

Palabras clave: historia, legitimación, biopolítica, estado, democracia.


Algunas consideraciones introductorias al estudio político, así como del surgimiento del concepto biopolítica


Cuando el estado interviene sobre el cuerpo individual, da origen a las disciplinas, y cuando essobre el cuerpo social o comunitario da origen a la biopolítica que describe el pasaje del antiguo régimen monárquico absolutista al nuevo régimen industrial democrático liberal entre los siglos XVII y XIX.

La biopolítica como noción fue elaborada (bajo ciertos criterios reelaborada, ya que los trabajos de Roberto Esposito atribuyen el concepto al filósofo Rudolf Kjllén) por Michel Foucault para describir ciertas coordenadas, estrategias o conductas en las que se ejerce un tipo de poder: el soberano.

Este poder soberano tendrá una transformación en la manera en que se ejercen prácticas de poder, pero que a la par del ejercicio, crea nuevas formas de relaciones políticas. En el análisis del biopoder, existían ciertas relaciones de un afuera entre lo que eran los imperios y los no imperios; ahora ha tomado un rumbo político importante a saber: las relaciones externas entre las configuraciones de un régimen político han pasado a ser internas. Las nuevas tecnologías relacionadas con el poder están inmersas en la construcción de los sujetos. Las prácticas de liberación en relación con un poder represivo han pasado a ser prácticas de libertad, pero ésta obedece a un paradigma biopolítico. Con la finalidad de dejar vivir y hacer morir.

Los efectos de la pandemia han enfocado toda estrategia gubernamental en el cuidado de la vida y su reelaboración, paradójicamente, en contraste al miedo, a los índices de mortalidad y la incertidumbre. Cierto es que existen cada vez más estrategias vinculadas a la información sobre el virus, la articulación de diferentes órdenes del gobierno, así como una nueva reformulación instrumentalizada sobre el cuidado de la vida.

¿Cómo la democracia en México ayuda a la configuración de las políticas del cuidado de la vida? El sistema democrático pertenece a un sistema más general, al sistema político. Éste se encamina a una acción política. El resultado de ejercer una libertad colectiva es antiquísimo y complejo de acuerdo a contextos históricos emergentes (la democracia directa, la democracia representativa, la democracia mixta, etcétera).


«Creo que un análisis teórico riguroso delmodo de funcionamiento de las estructuras económicas, políticas e ideológicas es una de las condiciones necesarias de la acción política, en la medida en que la acción política constituye una manera de manipular y eventualmente de cambiar, de trastornar y de transformar las estructuras. No considero que el estructuralismo sea una actividad exclusivamente teórica para intelectuales de salón, creo que puede y debe articularse en unos modos de hacer […] La política no tiene porqué estar obligatoriamente condenada a la ignorancia». Foucault, citado en Eribon, 1992: 225.

En la política contemporánea se empleaconvencionalmente el nombre gobierno como sinónimo de dominación (legitimación, acto de someter, de ceder libertades a una voluntad mayor, etcétera). Pero el significado de la palabra dominarno es necesariamente peyorativo u opresor. Weber (1964) en su texto Economía y Sociedad considera: “La "legitimidad" de una dominación debe considerarse sólo como una probabilidad, la de ser tratada prácticamente como tal y mantenida en una proporción importante. Ni con mucho ocurre que la obediencia a una dominación esté orientada primariamente (ni siquiera siempre) por la creencia en su legitimidad” (Weber, 1964: p.170).

La obra deMichel Foucault trata del sujeto como objeto de conocimiento, pero, además, del sujeto y los juegos de verdad. Heidegger planteaba la verdad como aletheia, es decir, como una forma de des-ocultar lo oculto, con la idea de que no necesariamente el lenguaje tenía el carácter de hacer evidente todo lo que no está presente, pues Heráclito consideraba que el lenguaje humano no revela toda la verdad, ya que puede expresar falsedad. De allí que Gadamer (1988) mencione que la verdad depende de los juicios del razonamiento.




Análisis teórico respecto a la cuestión democrática y su relación con el concepto de la biopolítica.


Examinaremos, pues, las cuestiones de la construcción política a la cual nos referimos como democracia. Con ello, las investigaciones de Michel Foucault pretenden explorar la problemática de la construcción política denominada como democracia, haciendo uso de la noción biopolítica. El objetivo de dicha exploración pretende dar cabida a preguntas que sitúen la problemática en un campo de análisis que reconoce la primordial relación de lo político con la noción de vida.

La cartografía que analizaremos busca dar reflexiones sobre la disertación del biopoder dentro de la esfera política moderna, así como sus implicaciones en la formulación de enfoques vida y muerte. Analizaré ciertas propuestas que nos ayudarán a comprender la democracia y la biopolítica a saber.

La democracia, que autoriza a los ciudadanos en la toma de decisiones del sistema político y que antiguamente excluía de dicho sistema a los esclavos y las mujeres, encontraba justificación en tratados de filósofos como Aristóteles (incluso Platón tomó partido en la democracia, distinguiéndola de otras formas de gobierno). Más adelante, la idea de democracia se conjuntó con el imaginario de la República y, en consecuencia, la democracia se instauró como parte consustancial del ideario de una forma de civilización que fue heredada siglos más tarde como referente obligado para el Estado-Nación occidental.

Retomaremos algunos planteamientos formulados por Mouffe (1999, 2000) que nos permiten comprender dimensiones para la educación en democracia. Ella nos hace ver una diferencia conceptual y vivencial de dos categorías distintas pero complementarias: “la política” y “lo político”. La primera hace referencia a los mecanismos, a las formas mediante las cuales se establece un orden y se organiza la existencia humana que siempre se presenta en condiciones conflictivas; y la segunda se refiere a una cualidad de las relaciones entre las existencias humanas, y se expresa en la diversidad de las relaciones sociales: Con ese fin propone distinguir entre “lo político”, ligado a la dimensión de antagonismo y de hostilidad que existe en las relaciones humanas, antagonismo que se manifiesta como diversidad de las relaciones sociales, y “la política”, que apunta a establecer un orden, a organizar la coexistencia humana en condiciones que son siempre conflictivas, pues están atravesadas por “lo político”. (Mouffe, 1999, p. 14)

A finales de la edad media y principios del siglo XV, la organización política se institucionalizó, se conformó la noción de Estado y con ella, la democracia empezó a comprenderse bajo esta institucionalización como un poder que reside en el pueblo. También la democracia es asimilada como una forma de coexistencia social que busca propiciar formas colectivas de acción y participación que confluyen en el conjunto social.

La democracia también puede ser entendida como un imaginario que orienta estructuralmente a los grupos de una sociedad a las prácticas de simulación incluyentes e igualitarias, con el fin de vivir un anhelo de un nuevo régimen político acompañado de bienestar.


Al final me he dado cuenta de que el poder político no se ejerce exclusivamente sobre la ideología, como se tiene la costumbre de decirlo en las filas de un marxismo un tanto simplista. El poder político, antes incluso de actuar sobre la ideología, sobre la conciencia de las personas, se ejerce de manera mucho más física sobre su cuerpo. La manera como se le imponen gestos, actitudes, usos, reparticiones en el espacio, modalidades de alojamiento, esta distribución física, espacial, de la gente, me parece que pertenece a una tecnología política del cuerpo. (Foucault, 2014:280)

Un estado democrático es un régimen incluyente y legítimo que otras formas de gobierno donde se ejerce la política desde su legitimación[1] como las dictaduras, las oligarquías y las monarquías, toda vez que supone que la soberanía del Estado recae sobre su pueblo. No obstante, el referente de inclusión que supone la democracia nunca ha sido universal, ya que requiere de principios de exclusión que determinan quién puede y quién no puede participar en la toma de decisiones.



La democracia y el gobierno de las vidas: Apuntes teóricos desde la reflexión filosófica.


El análisis que hace Foucault visibiliza la antiquísima relación del poder con la vida y la muerte, al tiempo que se pregunta por el poder soberano (el gobierno supremo) que enuncia y decide aquella(s) vida(s) que puede(n) y deben ser sacrificada(s). Pero veamos: no es la vida que el gobierno supremo da y quita, la vida que hipotéticamente le pertenece; lo que está en juego es el poder sobre lo viviente (res).

A partir del siglo XVIII, la biopolítica se ejerció sobre la vida, como lo hemos estado revisando. Pero ¿de qué vida se habla? La vida que toma a su cargo la biopolítica no es igual a aquella en donde se perdona la misma. En la primera, se administra lo que se dejará vivir; en la segunda, lo que se dejará morir. La vida actúa como una herramienta al servicio del biopoder.

En Vigilar y Castigar, Foucault, nos habla de la peste que se mantuvo en estado de previsión, he allí la prueba de la cual se puede definir idealmente el ejercicio del poder disciplinario, para ver funcionar las disciplinas perfectas; los gobernantes soñaban con el estado de peste, ciudad apestada y su control por tanto de confinamiento, separación y aislar al muerto a la ciudad de los muertos.

En su curso Seguridad territorio y población, Foucault poco agrega el modelo lepra y al modelo peste que había estudiado en vigilar y castigar el análisis del tratamiento de la viruela. El primero es propiamente represivo: aísla y excluye el segundo es disciplinario encierra solamente con la finalidad de ordenar, analizar, cuadricular inspeccionar y enderezar. Se articula así una anatomopolítica.

¿Acaso la disciplina, el confinamiento y el encierro que se está teniendo a raíz de una pandemia mundial (SARS-COV2) tienen que ver con el control de los cuerpos y las vidas que mencionaba Foucault en la esencia de la biopolítica[2]? Así parece, pero hay una cuestión importante a resaltar: El interés de Foucault es hacer evidente cómo funcionan estas prácticas políticas y la regulación con la vida; no pretende juzgar si estas prácticas son buenas o malas. Sólo existen, y a la par con la crítica foucaultiana surge también la crítica y las nulas propuestas que el autor plantea.



Apuntes finales en torno al poder, biopolítica y gobierno: De la cuestión discursiva y sus aclaraciones.


En el análisis del discurso político se esconde dentro de un antagonismo imperceptible queconfronta y divide a una sociedad en dos clases: “nosotros” y “ellos”. La revisión de Foucault tiene como propósito ver que el discurso “se dice” desde el nivel del poder, para conformar a través del tiempo una legitimación que abarca incluso una nación.


Una formación discursiva no es, pues, el texto ideal, continuo y sin asperezas, que corre bajo la multiplicidad de las contradicciones y las resuelve en la unidad serena de un pensamiento coherente; tampoco es la superficie a laque viene a reflejarse, bajo mil aspectos diferentes, una contradicción que se hallaría a la vez en segundo término, pero dominante por doquier. Es más bienun espacio de disensiones múltiples; es un conjunto de oposiciones diferentes cuyos niveles y cometidos es preciso describir. El análisis arqueológico suscita, pues, la primacía de una contradicción que tiene su modelo en la afirmación y la negación simultánea de una única y misma proposición. Pero no es para nivelar todas las oposiciones en formas generales de pensamiento y pacificarlas a la fuerza por medio del recurso a un a priori apremiante. Se trata por el contrario, delocalizar, en una práctica discursiva determinada, el punto en que aquéllas seconstituyen,de definir la forma que adoptan, las relaciones que tienen entre sí y el dominio que rigen. En suma, se trata de mantener el discurso en sus asperezas múltiples y de suprimir, en consecuencia, el tema de una contradicción uniformemente perdida y recobrada, resuelta y siempre renaciente, en el elemento indiferenciado del logos. (Foucault, 1970: 261-262).

Desde el siglo XVIII entramos en lo que Foucault llama “la sociedad disciplinaria” (y en pleno siglo XXI, entramos a La société infectée. No estamos solamente ante un contagio, sino también en medio de una sociedad contagiada que tiene por resultado una pandemia que aquí mencionaré de manera general, ya que será una investigación posterior. Una sociedad contagiada de prácticas, formas de cultura, del imperativo del goce, de la desaparición de la prohibición, de la vigilancia y sus efectos de represión) y cuyo modelo es el que describe en su libro “Vigilar y castigar”. Se trata de disciplina de los cuerpos para hacerlos productivos. “se les hace vivir, se les deja morir”. Hay un conjunto de micropoderes que lo garantizan: la familia, la escuela, el ejército, la prisión, el hospital, la ley del poder soberano se le añade la norma. No se trata de una ley que se impone para obedecer sino de una norma que se impone para normalizar. Normalizar quiere decir ajustarse a los parámetros de lo que “es normal” y excluir lo anormal.

Foucault se refiere a él como anatomopolítica: disciplinar los cuerpos en su anatomía. Es muy interesante ver cómo Foucault analiza el concepto de biopolítica y el discurso. Finalmente, obedece a ciertas reglas de formación que son aceptadas de manera general en la sociedad. Este trabajo pretendió analizar de manera general y desde dichos parámetros la idea de la biopolítica, más en una sociedad como la mexicana y su forma de cuidar no sólo la vida sino, implícitamente, los cuerpos que configuran el cuidado. En un ensayo posterior se ampliará y formulará una nueva investigación sobre el nacimiento de “La société infectée” donde se abordará dicho concepto a propósito de las Cartas de Voltaire (1755) a Jean Jaques Rousseau cuando el primero le cuestiona al segundo que la sociedad está infectada de malicia, crueldad, egoísmo del cual, la novela de Rousseau, es parte de esa sociedad infectada.


Bibliografía y obras de consulta:

Beuchot, M.(2004). Historia de la filosofía en la posmodernidad. México: Torres y asociados.

Berger, P. y Luckmann,T. (2003). La construcción social de la realidad. Argentina: Amorrortu.

Eribon, D. (1992)Michel Foucault. España: Anagrama.

Foucault, M. (1970) La arqueología del saber. México: Siglo XXI.

Foucault, M. (1995) Vigilar y Castigar, nacimiento de la prisión México: Siglo XXI.

Foucault, M. (2014). “Volver a la historia”, en revista de Ciencias Sociales y Educación, Vol. 3, Nº 5, Enero-Junio de 2014. Colombia: pp. 267-278.

Gadamer, G. (1988), “¿Qué es la verdad?”, en Verdad y Método, Vol. II, España: Sígueme.

Habermas, J. (1986). Ciencia y técnica como ideología. México: Taurus.

[1]En Defender la Sociedad, Foucault efectúa, entre otros, el estudio comparativo de la fundación de las monarquías inglesa y francesa en el siglo XVII, y hará hincapié en que para el caso de Francia hay una reacción nobiliaria representada en Boulainvilliers, quien crítica el discurso histórico que canta las alabanzas del poder del rey, de tal suerte que dicha crítica hace saltar a la luz la maquinaria administrativo-burocrática que termina fabricando el poder y saber del rey. Pone al descubierto que el discurso que legitima el poder absoluto del monarca estalla y se fragmenta en pedazos, porque a la base de la ley o contrato social que entrega el poder absoluto al rey existen invasiones y conquistas calladas que lo explican. De esta manera, el autor de los cursos Defender la Sociedad ha acuñado lo que dio en llamar: "nuevo discurso histórico-político" o, desde otro ángulo, lo que él llama "contrahistoria". Dreyfus y Rabinow. (2001: 135) Con todo ello, la muerte podría ser un punto de fuga a través del cual la vida se pone fuera de su alcance. Una muerte podría pensarse que escapa del poder político, reglado, y de relaciones intrínsecas que rigen dichas formas de cultura.






Eric Rodríguez Ochoa. Se licenció en Filosofía e Historia de las Ideas con mención honorífica por la Universidad Autónoma de la Ciudad de México. Es miembro investigador de la Asociación Latinoamericana de Ciencia Política, miembro del Colegio Profesional de la Comunidad Mexicana de Estudiantes de Filosofía, escritor y colaborador del blog Filosofía en la red. Líneas de investigación: lenguaje, discurso, psicoanálisis, filosofía y teoría políticas. Desde 2010 ha participado en diversas conferencias nacionales e internacionales sobre Foucault y ha escrito diversos artículos en revistas especializadas digitales. Actualmente está estudiando un curso de metodología e investigación y un diplomado en teoría psicoanalítica para sus estudios próximos de posgrado. Dará una conferencia internacional en el VIII Congreso Internacional de la Asociación Mexicana de Ciencia Política.



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