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La bohemia xalapeña: viaje decimonónico por la ciudad de las flores. Entrevista a Francisco Jácome



Tania Rivera


¡Éste es Xalapa! Nunca te olvidaré, ¡oh delicioso vergel de mi país!

¿Qué importa que no tengas ni monumentos, ni pinturas, ni estatuas,

si el señor al crear el mundo arrojó en tu suelo un puñado de flores

que no se marchitan jamás?,

Manuel Payno, 1843


1871 se ha descrito en los libros de historia de México como un año caótico en cuanto a la política del país. Benito Juárez y Porfirio Díaz se disputaban el poder; el primero se alzaba como ganador, hasta que la muerte (más avezada en dramas políticos que el joven general) le arrebató el triunfo, no sin que el militar se alzara en armas con un grito que olvidaría mucho tiempo después: “Muera la reelección”. Sin embargo, lo que poco se sabe y menos se documenta es que, mientras México se caía a pedazos y se derramaba sangre sin sentido (como siempre ha ocurrido), un grupo de jóvenes xalapeños se reunía para escribir, con la única intención de trascender, un deseo pueril pero a la vez tan genuino que merece estar escrito con las mismas letras doradas que cualquier héroe nacional.

Otro dato que escapa al común de la gente es que Xalapa era una ciudad fuente de inspiración para los artistas durante el siglo XIX. Desde la visita de un tal Alexander Von Humboldt en 1804, que fue seducido por las montañas que rodean la ciudad y la esplendorosa vegetación que la adornaba, rebautizándola como “La Ciudad de las Flores”; hasta escritores de la talla de Manuel Payno o Manuel M. Flores.

En ese sentido, el joven actor, dramaturgo y divulgador cultural, Francisco Jácome, se ha dedicado por al menos dos años a reunir los fragmentos desperdigados de una historia ignorada por los habitantes de Xalapa, preparando la primera antología de poesía de la llamada “Bohemia xalapeña”, una asociación literaria de jóvenes escritores, que espera ver pronto la luz en la misma ciudad que antes llamara Payno “un delicioso vergel”.


Ilustración Xavier Salas, cortesía Francisco Jácome


TR: ¿Qué es la bohemia xalapeña?

FJ: En el año de 1871, existió aquí en Xalapa una asociación literaria de jóvenes que tenían entre 21 y 31 años de edad. Ellos eran: Josefina Pérez Silva, Clotilde Zárate Ferrer, María del Carmen Cortés de Santana, María Herrera, Vicente R. Casas, Ricardo Domínguez Mora, Pedro Guerra y Daniel Díaz. Este grupo de jóvenes publicaron en abril de 1871 un periódico literario, el cual era estrictamente de literatura, es decir, había artículos literarios, poemas, cuentos y probablemente teatro. Este periódico lamentablemente no tuvo mucha vida, aproximadamente tres meses. Estuvo solventado económicamente por un mecenas llamado Carlos M. Casas, médico aficionado a la literatura que cobijó a estos jóvenes para que pudieran escribir y publicar, y también estaban asesorados bajo la tutela de otro escritor importante: José María Esteva, uno de los mayores exponentes de la literatura mexicana del siglo XIX.


TR: ¿Cómo surge esta investigación? ¿Y cómo descubres este movimiento para empezar?

FJ: Hace un par de años encontré el libro Una historia de zozobra y desconcierto, una investigación de la doctora Leticia Romero Chumacero, quien ha trabajado mucho en el rescate de escritoras del siglo XIX. Adquiero este libro sin esperar que me encontraría todo un caso de estudio, porque ahí se mencionaba a una escritora xalapeña llamada María del Carmen Cortés y Santa Anna, nieta de Antonio López de Santa Anna, que fue dramaturga y poeta y se podría decir que, hasta ese momento, ella fue la primera mujer en publicar un poemario en esta región.

Me llamó mucho la atención que fuera xalapeña y que no la conociera, que de hecho nadie la conoce. Fue ahí donde la empecé a investigar, encontré un poemario Ensayos poéticos dedicados a las jóvenes xalapeñas que publicó en Coatepec en 1866 y ahí viene una obra de teatro Escenas mexicanas, probablemente su única obra de teatro. Y bueno, investigando a esta escritora es que vi sus conexiones con otros escritores, conozco a su grupo de amigos y me dan ganas de investigar quiénes eran. Ahora con la pandemia fue el mejor momento para estar como ratón de biblioteca investigando y, ¿sabes?, fue como una bola de nieve, primero un dato y luego otro dato y al final, sin saberlo, terminé haciendo una antología [risas].


TR: ¿Por qué se perdió este círculo literario en la historia y ahora los xalapeños lo desconocemos?

FJ: Se va deshaciendo el grupo, sobre todo porque las mujeres se van a la Ciudad de México, pero cuando se van ya eran reconocidas como grandes escritoras, de hecho estas xalapeñas son de las primeras mujeres mexicanas en integrarse a asociaciones literarias que eran sólo para hombres, como por ejemplo en el Liceo Hidalgo, en donde estaban Ignacio Manuel Altamirano o Manuel Payno. Luego, otro punto, la mayoría murió muy joven y su temprana muerte impidió que se desarrollaran más o que fallecieran justo en la cima de su trabajo literario, por ejemplo María del Carmen Cortés murió a los 31 años y María Herrera a los 35, así fallecieron fuera de Xalapa y, sumado a que había poca información sobre ellos, hizo que se fueran olvidando. Otro punto importante a finales del siglo XIX está entrando la corriente modernista, entonces la literatura romántica va pasando de moda, van entrando Manuel Gutiérrez Nájera y Amado Nervo. Y por último, muchos de ellos no publicaron libros, entonces su obra quedó desperdigada en periódicos de la época, solamente Ricardo Domínguez, Josefina Pérez Silva y María del Carmen Cortés publicaron libros completos.


TR: ¿Qué podría aportar a los jóvenes xalapeños conocer a la Bohemia xalapeña?

FJ: Creo que siempre necesitamos símbolos donde nos veamos reflejados, donde veamos que jóvenes xalapeños estaban intentando crear hace 150 años igual que ahora los jóvenes del siglo XXI. Seguimos anhelando lo mismo. Y podría ser un punto de partida para quien quiera estudiar el siglo XIX, sobre todo en esta región, así como darnos cuenta de que los xalapeños fuimos los primeros en muchas cosas: Roa Bárcena fue el primero en experimentar en cuentos fantásticos, tipo Edgar Allan Poe; Díaz Covarrubias en la novela histórica y de la Bohemia; María Herrera fue de las primeras en fundar escuelas para mujeres en Coatepec; y descubrimos hace poco que María del Carmen Cortés publicó una novela llamada Julia, que podría ser considerada como la primera novela publicada por una mujer, donde ella deja escrita una historia verídica de una amiga que fue abusada sexualmente y para no pasar vergüenza se fue a encerrar a una cueva. Entonces, nos permite saber qué era la búsqueda de estos años y cómo era Xalapa. De cierta forma, todo lo que ellos escriben son sus ojos, que nos dicen 150 años después cómo era Xalapa, qué sentían, cómo vivían.



Tania Viridiana Hernández Rivera (Xalapa, Veracruz 1997). Licenciada en Lengua y Literatura Hispánicas en la Universidad Veracruzana. Ha obtenido el primer lugar en el 11° Concurso de cuento infantil y juvenil de la Editora del Gobierno del Estado de Veracruz (2021) y mención honorífica en el Premio Nacional al Estudiante Universitario en la categoría relato Luis Arturo Ramos (2020). Actualmente dirige la revista digital Pérgola de Humo

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