Sylvio Letort
Pobrecito señor S
Nací en Michoacán.
Mis primeros recuerdos son unas botas rojas de bombero.
Crecí como solecito entre el campo,
como pasto, como riachuelo.
Casi me mata una mula.
Recuerdo a mis amigos saltando sobre el fuego,
y a mí, asustado.
Recuerdo las piernas de mi padre
como dos grandes anclas.
Las casas oscuras de Tao y Odín,
mis amigos.
Y a los hijos de Ángeles y Ulises
que eran más pobres.
Siempre fui tímido,
malo para ser yo mismo.
Me gustaría decir que soy el mejor en algo,
pero no tengo pasiones que rebasen el cerco,
ni enojos, ni enemigos,
ni linces me esperan para contarme secretos.
Llevo la cuenta de los pasaportes rotos
y de los viajes gastados en duras obsesiones,
desvelos.
He fallado arduamente
con un trabajo impecable.
Ilíada
Acaso entendieran los aqueos
al bajar de sus trirremes
y pisar la arena cálida
que el oro y el fuego
cabalgan fácilmente en el viento.
Acaso temieran al ver a Aquiles danzando cual estrella moribunda
mientras Apolo iluminaba el Argos
y Atenea hablaba en el lenguaje de la luna;
ellos que comieron del pan, bebieron del vino
y el caos, que fueron con promesas donde reposa Dionisio
—siempre ebrio— en su carruaje de primavera.
Todo por Helena...
Quien bien podría ser la noche
o un cardo
una raíz.
Un canto que se repite
y que nunca es falso.
Tobi en la ventana, Cristina Meza
Sylvio Letort (Pátzcuaro, 1992) estudió la carrera de Letras Hispanoamericanas y es licenciado en Lengua Francesa por la Universidad Veracruzana. También es especialista en Promoción de la Lectura y se dedica a la gestión cultural independiente y a la traducción e interpretación. Es parte de la coordinación del espacio multidisciplinario Local Taller y ha realizado talleres de escritura creativa como La Gallina Ciega y Mosaico. Fue parte de la coordinación de Vuelo en la Casa, evento de promoción y difusión de la poesía veracruzana.
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