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Puerta de salida

  • pergoladehumo
  • hace 15 horas
  • 2 Min. de lectura

 

Enrique Dimas

 

El temor es una llama que renace

y se queda ardiendo la noche entera.

Cada tantos días suena una campana

y me espanta los sueños de libertad,

su gélido tañido me devuelve a esas prisiones

de abandono y traición, y me aprietan los grilletes

por no saber nunca decir adiós.

Escapar no siempre es una opción asequible,

no hay puerta de salida para el que no tiene destino.

Después, al despertarme tengo que asegurarme

de cerrar la puerta y conservar las llaves,

convencerme de la sombra inofensiva

que me abraza sin falta en cada rincón;

en la ventana suenan las rocas desde la calle,

tengo a cada instante el presagio de algo atroz,

una vuelta de tuerca para caer de nuevo en la fosa del martirio,

para recorrer a tientas el laberinto de la ausencia.

Es la absurda llama de los años que se marchan,

que se infiltra sin aviso entre las angostas paredes

con la risa del que se sabe victorioso,

con la paciencia del cazador entre la hierba.

Porque después del después viene la nada,

y aunque avance en la partida sonarán todavía

los gritos de la guerra y las campanadas de la muerte,

seguirán los lamentos por todos los inocentes heridos,

por los abrazos que no llegaron porque alguien

preso de locura invocó las garras del desastre y la desdicha.

Después de la lluvia vendrá también

la memoria de las oportunidades perdidas,

la terca pregunta sin respuesta;

ese fuego incesante se escurre bajo la piel y nos deja

desolados mirando por la ventana,

queriendo sin querer olvidar todas las penurias de la vida rota;

como un puñal se clava en el costado

hasta sangrar los ojos por los duelos pendientes,

un adiós que se aproxima pero no llega,

que se anuncia como una tormenta en verano,

se insinúa apenas con una sonrisa disimulada;

nada queda luego sino la soledad a oscuras,

las piedras en la ventana y el mismo perro

mordiéndonos el cuerpo entero;

nada queda sino las cartas en el suelo

porque la cuerda se rompe,

porque me asomo a los recuerdos

y sus garras me consumen para siempre.

 

 

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Patrick Hendry, Unsplash

 

Enrique Dimas (Bustamante, Tamaulipas) es contador público por profesión y escritor por oficio. Autor de los libros en formato físico La luz siempre regresa (ITCA, 2019) e Inventario (Cofradía de coyotes, 2022), así como los libros electrónicos Perder las apuestas (Editorial 3k, 2020) y Eterno retorno (Bitácora de vuelos, 2021).

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