Carlos Alberto Campos Vásquez
1
Filoso
el borde de un sonido
penetra repentino al silencio
Como un galope de potros
Sutiles al inicio
impetuosos huracanes luego
El sueño se deshace
apropiándose
de la primera ficción de nuestra conciencia
De los monólogos que escondemos
para la inadmisible realidad que acecha.
2
Nos despierta
frágiles
Con la esperanza como pretexto
Uniendo las orillas desesperadas
de este intermitente vértigo que nos estremece
Como máscaras arropadas de quimeras
esperando con angustia
que el amor tenga sabiduría
y la razón la fiereza del suicida
Interpretándonos
entre aforismos
incapaces de reconocernos
Convertidos en desenfrenada marea
porque animales de viento somos.
3
Por eso
cada nueva aurora regresamos
oscilantes
a la entelequia que jamás descifraremos
derrotados por nosotros mismos
por los teoremas infructuosos
de nuestro diario abatimiento
como un recordatorio
que se desvanece
en las manos de esta inconclusa especie
obligados a ser felices
entre los vendavales que vamos moldeando
con tanta urgencia que nada alcanza.
4
Así despertamos
metódicamente
breves y elusivos
Cada mañana desafiamos la frágil confianza
convertidos en purísima máquina
esa que deja frecuentes heridas
Por la noche hechos retazos
buscamos el sosiego en la otra umbrosa orilla
orgullosos de nuestros develamientos
enfadados con la exégesis de tanto miedo
sin haber advertido que el arte
este oficio de símbolos e inasibles demencias
constantes y luminosas
es la única invención que nos concede
sosiego a tanta curiosidad humana
sin subyugar la perfecta sincronía de las especies.
Fotografía: Erick Cuéllar
Carlos Alberto Campos Vásquez (Chota, Perú). Editor de la Revista Wayrak y autor de los libros de poesía La hora de los demonios (2017) y Los cactus que abrazamos perplejos (2021).
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